¿QUÉ SON LAS RELACIONES TÓXICAS? 

Las relaciones tóxicas son relaciones en las que ambas partes de la relación no son capaces, por cualquier motivo, de no hacerse daño. Estas relaciones son un gran problema ya que suelen ser las relaciones de las que más cuesta salir, y la mayoría de veces no eres consciente de que estás en una.

 

Las relaciones tóxicas nos pueden llegar a destruir mentalmente porque nos hacen sentir mal, te roban la felicidad y nos puede cambiar tanto la forma de ver las cosas como a nosotros mismos. 

Normalmente son relaciones en las que una persona es  controladora, manipuladora, o existen problemas a la hora de comunicarse, mentiras o chantajes, aunque también puede llegar a ser tóxica por culpa de ambas partes. 

CARACTERÍSTICAS DE LAS RELACIONES TÓXICAS 

Una relación se vuelve tóxica cuando una de las partes “utiliza” a la otra, lo que motiva a esta persona a tener estos comportamientos tóxicos es el sentimiento de tener todo el poder de la relación y el control absoluto.

Normalmente, este tipo de relaciones son entre una persona manipuladora  y una persona vulnerable, que sufre dependencia emocional por los demás.

La persona manipuladora y tóxica te cohíbe y hace que tengas una vida social limitada, dejando atrás todas tus amistades y haciendo que te centres únicamente en la relación, hace que tengas miedo a la soledad y te crea  grandes inseguridades, esto hace que tengas dependencia emocional por esa persona y consigue manipularte de una forma en la que tú crees que todo está bien y que todo es sano.

TIPOS DE RELACIONES TÓXICAS

-Menosprecio y denigración:

Esto sucede cuando una parte de la relación se dedica a denigrar y menospreciar a su pareja. Este tipo puede ocurrir a través de bromas o del humor, haciendo burlas sobre las competencias, personalidad e incluso físico de la otra persona, esto hace que las creencias, deseos o ideas de la otra persona sean algo insignificante. La persona que hace esto se suele defender diciendo que solo es una simple broma y la persona afectada se vuelve de una forma o otra inferior.

-Intimidación y control:

 En una relación tóxica, una persona se puede poner a la defensiva con facilidad por recibir alguna crítica o por no estar de acuerdo con algo sobre el mismo. Esta es una forma de chantaje emocional y hace que tengas miedo ya que nunca sabes qué puede hacer que se enfade. Esto puede hacer que la persona afectada sufra un desgaste emocional y físico. Por otra parte, la persona que hace esto se defiende echando la culpa a los demás por sus enfados.

-Inducción de culpa:

 Este tipo sucede cuando una persona quiere tener el control, induciendo la culpa en el otro. La persona tóxica intentará hacer sentir culpable a la otra persona por cualquier motivo.

-Actitud utilitaria:

Este tipo ocurre cuando una persona utiliza a la otra para obtener lo que quiere, y la otra persona intenta complacerlo siempre pero nunca llega a conseguirlo. Lo que vuelve tóxico a este tipo de relación es el hecho de que solo una persona obtiene beneficios, y la otra nunca conseguirá complacer a la otra parte.

-Actitud posesiva y controladora:

Este tipo de relaciones ocurren cuando una de las partes no tiene o nunca tuvo confianza en su pareja. Esto hace que se vuelva posesivo y su pareja tenga que aguantar sus celos e inseguridades. Las consecuencias de este tipo de relación es que la parte afectada perderá cualquier espacio personal y propio.

-Relación de llenado:

Este tipo aparece cuando una parte tiene dependencia emocional por la otra persona, esto hace que estés con tu pareja solo por el hecho de que te completa y porque consideras que esa persona te da algo que tú no tienes y piensas que sin ella no puedes conseguirlo.

-Relación de co-dependencia:

Esto sucede cuando ambas partes de la relación dependen de la otra persona y anteponen sus necesidades y su bienestar del otro antes que el suyo propio.

-Relación idealizada:

Este tipo aparece cuando la pareja tiene unas ideas o unas expectativas diferentes de lo que va a ser o de lo que es su relación.

-Relación anclada en el pasado:

Esto ocurre cuando tus relaciones pasadas no fueron muy agradables o no lo pasaste bien, y tienes miedo de que te pueda volver a ocurrir lo mismo.

AMISTADES TÓXICAS

Las amistades tóxicas son muy frecuentes, este tipo de relación sucede cuando una persona es conveniente, esto hace que el reciba y tú des. Una amistad también se puede volver tóxica cuando esos supuestos amigos no te apoyan por cómo eres. Otro claro motivo es cuando no les puedes confiar tus secretos e intimidades, una persona que cuenta tus secretos no es tu amigo aunque todo el mundo puede cometer errores.  También te puedes dar cuenta de que una amistad es tóxica cuando tu “amigo” suele decepcionarte con frecuencia ya sea por cualquier motivo, o cuando esa persona siente envidia hacia a ti, ya que esto llevaría a que quiera sentirse superior constantemente e intente bajarte la autoestima muchas veces o hacerte sentir mal solo con el objetivo de sentirse superior.


RELACIONES TÓXICAS CON LA FAMILIA 

Las relaciones tóxicas familiares desgraciadamente también suelen ser bastante frecuentes. Esto pasa cuando los niños desde pequeños crecen con carencias afectivas por culpa de que no se sintieron apoyados o no recibieron el cariño necesario, esto provoca que estos niños sientan que no son lo suficiente para ser queridos y que si se equivocan en algo eso llevará a algo horrible por lo que tendrán una gran inestabilidad emocional e inseguridades.

Una familia también se puede volver tóxica cuando no hay la suficiente confianza o cuando existen celos.

¿CÓMO SALIR DE UNA RELACIÓN TÓXICA? 

Como ya explicamos en distintos puntos, las relaciones tóxicas no son buenas para nadie y lo mejor es acabar con ellas antes de que sea demasiado tarde pero muchas veces no sabemos como hacerlo o no queremos ya sea por miedo, esperanzas de que algo cambie, baja autoestima, o estereotipos románticos. Puedes acabar con este tipo de relación comunicándote con tus verdaderos amigos o familiares para contarles que es lo que está pasando, también puedes no normalizar la situación y cortarla de raíz desde un primer momento. Otra opción es contactar con un profesional para que te ayude o intentar darte tú misma tus propios consejos.